2006/12/04

HOMBRES, HIJOS DE LAS MUJERES

HOMBRES... SI, SON HOMBRES, PERO SON HIJOS DE LAS MUJERES

Aunque mis papás son separados, siempre he tenido la fortuna que mi papá ha sido un padre presente, no el más solicito ni el más dispuesto, pero siempre he tenido su figura, no de autoridad ni de protección, sino más bien de compañía, de orientación, crecí acostumbrada a que vivía en otra ciudad pero siempre estaba pendiente de saber cómo iba mi existencia y alegre de verlo tres o cuatro veces al año.

Sin embargo, a mi alrededor siempre han revoloteado esas historias de hijos sin padre, de niños no reconocidos, de padres borrachos que golpean a sus esposas y maltratan a los niños, o de otros que simplemente no se hacen responsables ni económica ni moralmente de los hijos que tienen y dejan que las madres asuman todo el peso de sacar un hijo adelante.

Cuando quedé embarazada y escuché al padre decir “ese niño no es mío”, “hasta que no vea los resultados de una prueba de ADN no te puedo creer”, “eso no puede ser”, “no quiero que tú tengas un hijo mío” y otras perlas más, me quedé helada… ME HABÍA PASADO TAMBIÉN A MÍ…

¿Por qué los hombres que son capaces de pensar y decir estas cosas no llevan una campanita como advertencia? ¿Por qué sus miradas pueden ser dulces, sus palabras parecer sinceras y su abrazo se siente reconfortante?

Luego empezaron a llegar a mí historias y más historias de madres solteras a quienes los padres habían dejado solas total o parcialmente, o madres que inicialmente no fueron solteras pero luego quedaron con su hijo y el dolor de una traición o una separación no esperada. Y tuve miedo y también muchas preguntas.

Pero la pregunta que empezó a calarme es: Por qué los hombres, criados por mujeres, amamantados por mujeres, consentidos por las mujeres… son capaces de portarse así con las mujeres…

¿Habrá también algo de responsabilidad en nosotras y en la forma de criar a nuestros hijos que hace que huyan de la responsabilidad o la evadan hasta el límite máximo?

¿Hay algún mensaje erróneo en esas super mamás que se encargan de todo y luego los niños cuando son hombres dejan que “ellas” se encarguen de todo porque son las responsables directas?

¿Por qué ellos no llevan ese cariño voraz y protector por sus hijos y los dejan a su suerte con sus mamás? ¿Demasiada confianza o indiferencia?

El tema queda abierto. Quedo llena de preguntas. Y cuando uno tiene preguntas la vida atrae las respuestas.


(Aclaración sobre la foto: la expongo porque estoy hablando sobre hombres pero no porque el tema les aplique, ellos son cuatro amigos muy queridos, todos solteros y sin hijos, esperamos que encuentren mujeres de calidad para sus vidas)

1 comentario:

Saulo Medina dijo...

Muy bueno el último post respecto a los hombres que son ADNs: parece algo que desafía a la lógica humana: lo último que haría una persona que ha pasado por una experiencia difícil, es crear las condiciones para que se repita.

Eso implicaría tener un “radar” para identificar situaciones problema y huir de ellas. Sin embargo, vemos como la historia se repite una y otra vez. La hija que ve como golpeaba su padre a su madre, se casa con un señor que hace ver a Mike Tyson como un simple niño malcriado.

La psicología dice, modelamiento: claro !!! el ser humano solo puede aprender de lo que tiene a su alrededor. Nadie puede dar de lo que no ha visto de aprendido con anterioridad. Entonces, si la muchachita de marras solo conoció de golpizas, pues solo puede aprender a expresar “amor” de esa manera. En honor a la verdad suena lógico, casi perfecto. Demasiado perfecto, para el gusto de muchos que hemos aprendido que la vida es bastante imperfecta.

Que la sanación intergeneracional, por supuesto !!! ese era el argumento que nos hacía falta. Es que los pecados nos los pasamos de una generación a otra (o sino, cómo sería posible le pecado original?). Esta respuesta es mas completa, pero es demasiado general. Qué hace la persona? Va a donde un Sacerdote a que ore por ella para romper las cadenas? Y si eso se hace, la oración y las cadenas parecen permanecer ahí? No es una blasfemia, es que el tiempo de Dios no es el de nosotros. Si tan solo le regaláramos un reloj humano en el próximo día del padre, tal vez Él sabría el por qué de nuestros afanes.

Yo creo que un buen remedio para no repetir la historia de ser hijo de papá borracho y beberse hasta el agua de los floreros puede incluir estas ideas:

1.) Reconocer que uno tiene áreas fuertes en su vida pero también áreas débiles: la sociedad no nos ayuda mucho en esto, ya que todos queremos parecer fuertes y triunfadores. Pero saber uno y aceptar que una historia previa de separaciones, alcohol, infidelidad en la familia de uno, es una variable crítica del futuro de uno mismo, puede ser la diferencia entre repetir la historia aún conociéndola, y escribir un futuro nuevo y hermoso.

2.) Conocerse a sí mismo y saber hasta dónde dichas debilidades pueden afectar la vida de uno o la de las demás personas: hay personas que por gracia de Dios logran no enseñarle a odiar a sus hijos. Otras no. Si uno pertenece al primer grupo, tiene que estar muy alerta para no transmitirle a su hijo, el odio por las mujeres, si es un hombre separado, por ejemplo.

3.) Sin duda, la ayuda de Dios es invaluable en esto como en todo. Aquí la posibilidad que solo nos brinda Cristo de restaurarlo todo, es mas que necesaria. Uno ve como la abuela es madre soltera, la hija madre soltera y la nieta ya comienza sus escarceos con noviecitos de barrio en su temprana adolescencia. Cristo puede venció a la muerte, así que puede vencer esa cadena que aprieta hasta llegar a estrangular a una familia. Pero esto no puede ser solo de una visita a un monumento y una confesión a mitad de una Misa: hay que tener como filosofía de vida, como una postura ante la vida misma, invitar a Dios a caminar en la vida de uno mismo.

4.) Por último, me atrevo a decir que la mejor vacuna que existe, es el Amor. Un Amor que enseñe que vale la pena perderse en el otro, que vale la pena entregarse al otro, sin preguntar cuánto o hasta cuándo. Y quien puede enseñar ese amor, no es otro que el Amor mismo: Dios, que es amor.