2007/04/02

Dilo

Mis días transcurren tranquilos en la expectativa y el cansancio; sin embargo, los temores van dejando cargas acumuladas en el interior.

Las cosas cuando no se expresan se van convirtiendo en bolas de nieve de pensamientos y sensaciones que a medida que ruedan acumulan más material, hasta hacerse un nudo en el pecho.

El sábado pasado invité a alguien a sentarse frente a mí y escucharme. Cada temor, cada sensación de angustia o vacío cuando se le viste con palabras adquiere una dimensión, digamos, más humana, más fácil de enfrentar.

Cuando estaba aún más joven leía mucho a Richard Bach y me acuerdo una de sus frases “enfrenta tus miedos, desafíalos a hacer lo mejor que pueden y cuando lo intenten, córtalos de tajo...” “Cada recodo que temes, es aire disfrazado de escarpado infierno.”

Y otra más de Coehlo, en Brida. “la noche no es más que una parte del día… puedes sentirte igual de protegida por la luz que por las tinieblas”.

Y aunque esta última frase suena rara sobre todo porque el libro es sobre una bruja, la misma idea está en el Salmo 139 donde dice que para Dios es igual de clara la luz que la oscuridad.

Pero la manera más fácil de ponerse valiente es encontrar a alguien apropiado a quien contarle las cosas del corazón.

No hay comentarios.: