2006/11/11

La Mariposa

Simplemente, él llegó, pasó y se fue,
como la historia,
como cada día, como una nube.
Del roce con mi piel queda como testigo
una mariposa en mi entraña,
una suave caricia
que va desde adentro de mi vientre fecundo
hasta el fondo de mi alma.
Se agita; su suavidad alborota toda mi ternura,
mientras la imagen de su autor,
se desdibuja.
El llegó, pasó y se fue,
su obra de arte se hace sangre con mi sangre,
piel con mi piel,
hueso con mi hueso,
expande mi cuerpo con su cuerpo
agranda mi espíritu con su presencia.
Pero él, simplemente,
me miró, me sonrió, me abrazó y se fue.
La pequeña mariposa me acompaña,
y yo le daré mi vida, mi antes, mi después,
Y acariciando mi vientre sin nostalgia sé,
que a pesar que el se fue,
realmente nunca se irá.

No hay comentarios.: