2007/01/18

Exnovio

En mi historia afectiva de pareja he tenido pocos amores.

Sin embargo, hay alguien en especial que cuando nos cruzamos yo sentí que había terminado mi búsqueda por un buen amor. Después, las cosas tomaron otro rumbo y mi corazón resultó ser un espacio muy pequeño para él… necesitaba expandir su corazón, abarcar a más personas, asumir el Amor como un proyecto global y una tarea de vida.

Ahora, se prepara para ser misionero de la Palabra en una comunidad católica.

Yo quedé desolada por más de un año. Con una sensación de estafa en mi interior y dando tumbos por ahí con amores pasajeros, incapaz de creer completamente ni en un amor de hombre, ni tampoco en el plan de Dios con mi vida.

Tanto le reclamé al Señor que se llevara la única ilusión importante que había tenido en los últimos años, que me faltó preguntarle con humildad si era que tenía otra misión para mí, importante y plena como la de él. Yo sentía que a él le daba todo y a mí me dejaba desorientada y vacía.

Este exnovio fue una de las primeras personas que supo de mi embarazo. Y me miró con un cariño profundo y algo de nostalgia, como un diálogo sin palabras “si las cosas hubieran sido diferentes, ese hijo pudo ser nuestro.” “Sí, pudo haber sido nuestro”. Y no hay otra persona en el mundo de quien más hubiera deseado yo una semilla, una familia, un hogar.

Ahora, lo veo tan feliz con sus planes de entregarse completamente al plan de Salvación de Dios para el mundo y él me ve a mí tan feliz esperando la llegada de mi hija… tan consagrados ambos a una misión de amor pero en mundos tan distintos…

Empiezo a entender y a aceptar. A ver que la sabiduría de los siglos también empapa y atraviesa mi vida y la de cualquier ser humano cuando uno se ha confiado de alguna manera a la Voluntad del Padre.

Y yo ahora tengo mi encuentro con el Amor. Mi exnovio también. Caminos distintos, metas iguales, proyectos bendecidos.

1 comentario:

rosacris dijo...

Misiones tan grandes en la vida... y tan enriquecedoras para todos y todas... Definitivamente el camino que Dios nos ha invitado a caminar... tanto para nosotras como para nuestras hijas ... puede que no esté 'acompañado' en el sentido de pareja con la persona que consideramos nuestro 'buen amor' sin embargo cuando uno tiene entre sus manos a su hija abrazándola se da cuenta que es el más grande amor... y que amando a manos abiertas... se puede disfrutar de los 'buenos amores' caminando de la mano por el camino que Dios nos ha invitado a caminar... caminando juntos... compartiendo el amor del mundo... disfrutando la misión que cada uno tiene en su vida... así uno no sea 'la pareja' de ese 'buen amor'.