2007/02/28
ANECDOTAS MEDICAS
Ahora que las entiendo y comparto, creo que empezaré a coleccionar las mías.
El 26 de febrero estuve en servicio de urgencias porque mi señorita quiso hacer siesta profunda durante todo el día y no sentí sus patitas de paseo por mi barriga. En la Clínica pasaron dos cosas simpáticas.
La primera, por ser una clínica universitaria, en la atención inicial nos chequean estudiantes y luego el médico de guardia da el diagnóstico. Aunque mi solicitud era por movimientos del bebé, a la estudiante le pareció que debían hacerme un tacto por lo que me pidió desvestirme de la cintura para abajo. Y luego tocaba esperar a la ginecologa. Y ahí me quedé yo, semidesnuda sentada en una camilla, en un consultorio con más pacientes, 5 estudiantes, la puerta abierta y una doctora ocupada por más de 15 minutos esperando mi turno. Luego la doctora me auscultó y determinó que el tacto no era necesario y en silencio me volví a vestir, mientras la estudiante me entregó los documentos sin mirarme.
La segunda, luego de la evaluación inicial, me hicieron un monitoreo cardiaco del bebé y al poner los dos sensores en mi barriguita no daban ningún sonido. Durante mucho rato la auxiliar de enfermeria estuvo pasando el aparato hasta que decidió ir a buscar ayuda. La solución era fácil: bastaba darle la vuelta al sensor porque lo estaba pasando al revés. Mientras tanto, la asustada mamá suspiró aliviada oyendo el fuerte tun tun tun tun tun tun tun del corazoncito de bebé.
2007/02/24
Baby Shower
2007/02/20
Bienvenida, Amilia
Leyendo en eltiempo.com la noticia de Amilia Taylor, sobreviviente de un nacimiento de 21 semanas de gestación, me siento alegre y agradecida por la vida de esta nenita.
Pequeñita, recibe nuestra bienvenida y oraciones para que ya que has sido tan valiente y luchado tanto por tu vida, tengas una existencia hermosa.
2007/02/13
CUESTION DE PODER
Fue como una revelación. ¿Quién le dio a él el poder sobre esta situación? Obviamente, yo y mi corazón de mujer.
Pero, ¿quién tiene realmente el poder y cuál poder?
El poder de las decisiones sobre el embarazo y la hija. El poder de las decisiones sobre fechas y hospitales. El poder de compra. El poder de decisiones sobre estadía y futuro. El poder del amor.
El poder es mío. Sencillamente porque yo tengo lo más importante: La tengo a ella.
El, tiene solo posibilidades.
La posibilidad de ser padre de esta bebita, que no la ha querido.
La posibilidad de participar y gozarse este embarazo, que no la ha querido.
La posibilidad de cumplir con su responsabilidad y aportar económicamente, que tampoco la ha querido.
El señor "posible" sigue escondido, tras su celular que casi nunca funciona, tras su ausencia, tras su cuenta de email en clave para no comprometerse, detrás de sus mil complicaciones y su supuesta desconfianza que sólo resolverá con una prueba de ADN, estandarte de su campaña de desaparición continuada.
Mientras tanto, yo la tengo a ella. Yo tengo su crecimiento, sus movimientos, su descubrir la vida. Yo tengo la ilusión, la solidaridad de los amigos, la necesidad de la oración y la frente en alto, el rostro hacia el mundo y sin nada de vergüenza, recibo mi regalo de la Vida.
El, quizás, tiene el dinero que yo necesito. Pero ese lo puedo conseguir.
Nosotras, tenemos el corazón del que él carece. Pero de esos no consigue en el mercado.
Y repito la pregunta, ¿quién tiene el poder?
Creo que a alguien se le están secando las lágrimas que aún no ha llorado, porque no va a llorar más. Esa soy yo.
Creo que a alguien se le está abriendo un camino de posibilidades en libertad. Y esa es mi hija.
2007/02/12
Procesos...
Y si todo sale bien, se queda con uno por muchos años, quizás el resto de la vida.
Estoy en la semana 30 de mi embarazo, cercana a cumplir los 7 meses de gestación y apenas estoy empezando a asumir en mi realidad las dos frases que acabo de escribir.
Siempre parecía muy lejano el momento de terminar el embarazo y recibir al nuevo ser. Ahora que está cercano, sentimientos confusos se despiertan.
Ahora ella salta constantemente, se mueve, se estira y se manifiesta, está viva y ya viene.
Yo debo estar pendiente que no pase 6 horas sin moverse. Hacer ejercicios para que el inminente parto sea más sencillo y comprar y comprar y comprar cosas.
Seguramente son sólo mis miedos, pero cada vez me siento con menos energía, la bebé ya no es sólo mi bebé... es una personita completamente a mi cargo y yo me siento más sola que nunca.
2007/02/09
Hija de una noche desordenada o de una vida de espera (II)
Me dijo que por mi formación espiritual yo había tomado mi embarazo como una experiencia mística, como un milagro de la creación o algo así, pero que no podía esperar que para el papá biológico o para el resto de la humanidad el hecho de tener esta hija en las circunstancias que se dieron las cosas significara lo mismo.
Me dijo que yo era una tonta buena gente, que estaba siendo demasiado buena con el donante y que afortunadamente yo estaba siendo muy feliz con mi barriguita y toda una dama al enfrentarlo sola con tanta altura, pero que para el mundo el hecho de que cada día creciera el número de madres solteras e hijos por fuera de hogares constituidos seguía siendo un mal mayor.
Me dijo también que de todas maneras, era mi regalo y que todos teníamos circunstancias diferentes en la vida y que cuando llegara mi t-sunami (el nombre cariñoso que él le tiene a mi bebé) iba a ver como toda mi vida cambiaría.
Yo escuché con atención pensando en que esas reflexiones eran buen material para seguir este post q había dejado iniciado hace unas semanas.
Obviamente, por más formación espiritual que tengo y por más horas que llevo acumuladas de oraciones ante el Señor, el origen biológico de mi hija no está en ninguna de esas prácticas devotas y católicas sino, como es de suponerse, de sexo.
Ya esa historia la dije en otros post, los sucesos que me llevaron a estar con el papá de esta criatura por lo que no voy a repetirla aquí.
Pero sigo sorprendida porque Dios sabe escribir derecho en renglones torcidos, de una historia común de pasión y desorientación, se me ha regalado una hija, una pequeña bebé a quien los angelitos (si existen los ángeles) le cantaran en la cuna y ella se sonreirá. Un nuevo ser humano, ese milagro que se repite a diario ante nuestros indiferentes ojos.
2007/02/05
No Griten
Ayer mi hija me lo dijo tan claro...
Esta es una foto del martes. Ahí se ve lo abultado de mi vientre en la semana 28 de gestación.
El domingo de la misma semana iba a visitar a una amiga, embarazada y madre soltera también, y en el transporte público se inició una discusión porque el bus iba lleno y se subió un señor con dos muletas y nadie quería darle el puesto, incluso un Auxiliar de Policía tuvo que levantar de la silla casi a las malas a un elegante y joven tipo con gafas oscuras que hizo pataleta como si le estuvieran bajando del podio presidencial...
Yo también participé de la discusión, un poquito nada más, protestando por la inconciencia.
Minutos después tomé esta otra foto de mi barriguita, sorprendida porque mi nena se escondió.
Mi barriguita se volvió nada más un gordito flácido sobre el pantalón y la nena, no sé adónde fue a esconderse, seguramente espantada por los gritos y mi propio enojo.
La comparación es más contundente porque justo ese día llevaba la misma blusa que en la foto del martes.
Que nos perdonen todos los niños del mundo por esas nefastas lecciones que les heredamos todos los días.
Y el niño en nosotros perdone a todos los adultos que nos han antecedido y nos contagiaron de esas mismas pautas ridículas para convivir en el mundo...
2007/02/03
El Diablo
EL DIABLO.
Esta semana leía en el boletín de Fray Nelson una respuesta sobre ángeles y yo la aplicaba a las almas: decía que no es posible saber si Dios las sigue creando o ya están creadas desde el principio o desde qué momento. No sé si el alma de mi hija ya está conmigo y como dicen algunos ya hay dos ángeles de la guarda junto a mí o eso sucede después del nacimiento… Si es verdad que el diablo existe y que su pasatiempo es capturar almas tengo que decir: “Si el demonio me tentare, le diré que no tiene parte en mi alma, ni en la de mi hija, porque cuando descubrí la tentación, dije muchas veces: Jesús, ten compasión de mí; Padre, no nos dejes caer en la tentación; Santa María, enséñame a decir como tú, “Hágase, Señor, según tu Voluntad, y eso me da la confianza y